martes, 2 de junio de 2009

Cambios en la correlacion mundial



Hugo Fazio, Economista.

Durante el desarrollo de la crisis cíclica, que ha afectado fuertemente a las corrientes de financiamiento tradicionales, se producen fenómenos que deberían conducir a profundas transformaciones mundiales. Ya no existe el monopolio de las fuentes de financiamiento de parte de las grandes potencias industriales y de los organismos financieros internacionales que controlan. China es el país que cuenta con el monto más elevado de reservas internacionales. Beijing ha propuesto construir un nuevo sistema monetario mundial, que ya no tenga al dólar norteamericano como el medio de pago dominante. En reuniones a nivel presidencial Brasil y China acordaron concordar criterios conducentes a que el comercio mutuo –cuyo crecimiento ha sido espectacular- sea efectuado en sus monedas y no en el dólar norteamericano. Al interior de América Latina surgen pasos en la misma dirección.

Cambios en la correlación mundial

El mundo postcrisis no será igual al existente antes de ella. No está claro aún la profundidad que alcancen, pero ya se van escribiendo modificaciones que pueden transformarse en prolegómenos de cambios muy profundos a futuro.
Un paso importante en esta dirección se produjo en el curso de mayo en la reunión efectuada en Beijing entre los presidentes de Brasil y China, Lula da Silva y Hu Jintao. Entre ambos países miembros del Bric –que reúne además a Rusia e India- se produjo en el curso de la década un fuerte incremento en su intercambio comercial. Los US$3.200 millones comercializados mutuamente en el año 2001 se multiplicaron en 2008 por más de once veces alcanzando a más de US$36.000 millones, creciendo 56% con relación a 2007. En el presente año, China se transformó en el principal socio comercial de Brasil, desplazando a EE.UU., que sufre las consecuencias de la contracción de su demanda interna, reduciéndose la cuantía de sus importaciones. El aumento del intercambio sino-brasileño destaca porque se produjo cuando el comercio internacional y latinoamericano declinaba, revelando la potencialidad que puede alcanzar la relación entre los grandes países emergentes. En 2009, según estimaciones de la Cepal, la reducción del comercio en América Latina se contraerá entre 9% y 11%. De allí la importancia de construir acuerdos con aquellos países que han mantenido tasas de crecimiento positivas, como lo hace Brasil.

China se transformará durante el presente año en la segunda economía del mundo por la magnitud de su producto, desplazando a la otra gran potencia asiática, Japón. En 2008, mientras la economía nipona registró un producto interno bruto de US$4,9 billones, el de China llegó a US$ 4,4 billones. Pero en 2009, si nos basamos en las estimaciones del FMI, Japón se contraerá en 6,2%, en cambio China crecerá entre 6% y 7%.

Mayores economías del mundo por producto año 2008
(Fuente: Bloomberg. En billones de dólares)

País PIB
EE.UU. 14,3
China 4,4
Francia 2,9
Japón 4,9
Alemania 3,7
Reino Unido 2,7

El paso concreto dado en la reciente reunión de ambos presidentes fue suscribir convenios relevantes en los proyectos estratégicos de ambos países. Ante la crisis financiera internacional, Brasil se ha esforzado por establecer otras fuentes de recursos crediticios, diferentes a los tradicionales. Mientras tanto, Beijing busca disponer de recursos naturales que le permitan sostener su proceso de industrialización, el más relevante a nivel global, aprovechando para ello las elevadas reservas internacionales acumuladas, las cuales alcanzaban al finalizar el año 2008 a casi US$2 billones .

Estas búsquedas mutuas se tradujeron en un préstamo a otorgarse por el Banco Chino de Desarrollo a la transnacional petrolífera estatal brasileña Petrobras ascendente a US$10.000 millones a utilizarse para poner en producción las gigantescas reservas de petróleo descubiertas a fines de 2007 en Tupi, que se estima puede contener hasta 8.000 millones de barriles de petróleo, convirtiendo al país sudamericano cuando se pongan en explotación en uno de los grandes exportadores de crudo de la tierra. A su turno, Petrobras venderá durante el presente año a China 150.000 barriles de petróleo diarios, que aumentaría a 200.000 barriles en 2010 durante un lapso de diez años.

Al mismo tiempo, en convenios separados, el Banco Chino de Desarrollo concede un préstamo por US$800 millones al estatal Banco Nacional de Desarrollo de Brasil, BNDES. Y, paralelamente, China PetroChemical Corp (Sinopec), la principal empresa del país asiático de refinamiento de petróleo y producción de petroquímicos, procederá a explorar en dos áreas del territorio brasileño.

Las conversaciones llegaron a un acuerdo que puede tener una gran trascendencia, estudiar que el creciente comercio bilateral se deje de efectuar en dólares norteamericanos y se realice directamente en las respectivas monedas nacionales, el renminbi y el real. China ya suscribió un convenio de canje cambiario con Argentina, así como con Bielorrusia e Indonesia entre otros países, y concedió su visto bueno a empresas financieras de Hong Kong para emitir bonos denominados en renminbi, “lo que constituye un primero paso –como escribió el académico de la Universidad de Nueva York Nouriel Roubini- hacia la creación de un mercado local e internacional para su moneda” (31/05/09).

El acuerdo con Brasil da otro paso. El medio de pago pasa a efectuarse en las respectivas monedas nacionales, que adquirirían así un protagonismo muy superior en el intercambio comercial. Este acuerdo va en la dirección del planteamiento efectuado públicamente por Beijing, antes de la reunión del G-20 en Londres, de ir hacia un nuevo sistema monetario mundial, que reemplace al dólar como principal instrumento de reserva. La propuesta de Beijing es crear una nueva moneda de Reserva Internacional cuya cotización descanse en un conjunto de divisas (dólares, euros, libras y yenes), seguramente en la perspectiva que más adelante se integre el renminbi. China presenta ventajas para ello, ya que –como destaca Roubini- “es un país acreedor que tiene grandes superávit en cuenta corriente, un déficit presupuestario reducido, una deuda pública en relación con el PIB menor que la que tiene EE.UU. y un firme crecimiento. Por otra parte –subraya-, ya toma medidas para desafiar la supremacía del dólar”.

La comisión de expertos, encabezada por Joseph Stiglitz, constituida por iniciativa del presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas destinada a proponer medidas para enfrentar la crisis económica, propuso en sus recomendaciones la creación de un sistema mundial de reservas internacionales, dada según señaló “la dificultades que entraña el uso dominante de una única moneda nacional”, el dólar norteamericano. “La rápida introducción del nuevo sistema mundial de reservas –señala el documento- representaría un paso importante en la recuperación mundial. Podría iniciarse –añade el texto- un proceso de transición basado en una emisión anual de por lo menos 250.000 millones de derechos especiales de giro (dinero creado por el FMI. N. del A.) durante el período de la crisis actual. Estas emisiones –subraya- sería una importantes fuente de financiación para los países en desarrollo que necesitan fondos adicionales para hacer frente a la crisis (…)”.

Desde luego, esta propuesta encuentra la resistencia de EE.UU. que tiene el privilegio, desde la conferencia de Bretton Woods al término de la Segunda Guerra Mundial, de que su moneda sea la base del “sistema actual de acumulación de reservas internacionales”. Predominio enfrentado a un doble desafío: la crisis del dólar y las modificaciones producidas en el escenario económico mundial.

“El potencial petrolero de Brasil –subrayó Economist Intelligence Unit- tardará años en desarrollarse, y el desafío de China al dólar aún es incipiente. Pero (…) –añadió- las conversaciones entre Lula y Hu (como su alto perfil en la reciente cumbre del G-20) simbolizan el poder en alza de ambos no sólo en sus regiones, sino también globalmente, tal vez a costa de Estados Unidos” (25/05/09).

Pocos días después, PetroChina suscribió un compromiso para adquirir en US$1.000 millones, el 45,5% de la propiedad de Singopore Petroleum, una de las tres mayores refinerías de Singapur, quedando abierta la posibilidad que complete el 100%. Constituyendo otro ejemplo de los esfuerzos de Beijing de incrementar su presencia externa en el sector. A su turno, Petrobras no reduce sólo la obtención de financiamiento a China. En abril ya había obtenido una línea de financiamiento del Banco de Crédito a la Exportación e Importación de EE.UU., igualmente a ser utilizado en la adquisición de bienes y servicios desde ese país destinados también a la expansión de sus actividades.

Al ser China la principal economía que sigue creciendo en la difícil coyuntura mundial, mientras todas las tradicionales potencias industriales se encuentran en recesión, lleva a que su significación en el escenario global crezca. Ello condujo al premio Nobel Joseph Stiglitz a afirmar que Beijing podría surgir de la crisis como el gran “ganador”. El gobierno chino sigue tras el objetivo que en un año de recesión global su economía crezca un 8%, acercándose a los US$4,8 billones. En el primer trimestre, su PIB creció con relación a enero-marzo de 2009 en 6,1%, a pesar de la fuerte disminución registrada en ese lapso en sus exportaciones, debilitándose la tasa de crecimiento de sus regiones más estrechamente vinculadas al comercio exterior, como Shangai o Zhejiang, que lo hicieron “sólo” en 3%.

Las disponibilidades de recursos de algunos países latinoamericanos modifican también las corrientes de financiamiento al interior de la región. Venezuela solicitó a Brasil en una entrevista efectuada en El Salvador de Bahía entre los presidentes Chávez y Lula un préstamo por varios miles de millones dólares destinados a financiar adquisiciones a efectuarse en ese país, los cuales serán otorgados por el BNDES a medida que se efectúen las obras. Una parte de dichos recursos, US$732 millones, tienen como receptora final a la empresa constructora brasileña Odebrecht, que realiza obras en el tren subterráneo de Caracas.

“No estamos solos en este mundo –expresó Hugo Chávez, luego de la reunión con Lula-, tenemos ese acuerdo con el BNDES por miles de millones de dólares. Y también con China (…)” (27/05/09). Venezuela era, hasta antes de suscribirse estos acuerdos, el país latinoamericano que contaba con menos financiamiento del BNDES. La situación en moneda extranjera de Caracas varió al reducirse la cotización del petróleo en los mercados internacionales.

De otra parte, en una reunión conjunta efectuada en Quito entre los presidentes Hugo Chávez y Rafael Correa, ambos mandatarios se dirigieron a los demás gobiernos sudamericanos para afianzar el Banco del Sur y desarrollar el Sistema Único de Compensación Regional (Sucre), que hace a sus participantes menos dependientes de la utilización del dólar norteamericano en sus transacciones mutuas. Al mismo tiempo, los dos países crearon un fondo binacional para el desarrollo, con un aporte por US$50 millones de Venezuela y US$20 millones de Ecuador, destinado a otorgar financiamiento a sectores productivos medianos y pequeños.

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