domingo, 27 de julio de 2008

En estas elecciones defendamos nuestros derechos


A veces, los problemas del diario vivir nos saturan y no nos permiten ver claro nuestro futuro, el cómo enfrentar las alzas, el pago del colegio o la universidad de nuestros hijos, el transporte, los problemas de salud o el pago de las contribuciones.


Usted vecino, que con el esfuerzo de toda su vida pudo cumplir su gran sueño: la casa propia. Y que luego, después de muchos años, logró pagar los interminables dividendos. Seguramente, pagando tres o cuatro veces más de lo que era el valor inicial. Al término de la deuda, y cuando se acerca a la fecha de su merecida jubilación tendrá que enfrentar otros problemas: su renta se verá disminuida, apenas le alcanzará para los gastos mínimos, justo ahora que entrará a la tercera edad y tendrá nuevas necesidades relacionadas con su salud; si estaba en una ISAPRE, lo más probable es que sus ingresos no le alcancen para seguir pagando su plan, ya que será más caro por su edad y tendrá que renunciar a él, justo cuando más lo necesitaba e irse a FONASA.

El pago de las contribuciones será otro gran problema, ya que en los últimos años, éstas, han subido enormemente por diversas razones; y si no las ha pagado oportunamente, le cobrarán intereses, multas e incluso podrían sacarle su casa a remate como ha ocurrido en múltiples ocasiones. Cuantas veces, al fallecer el varón, su esposa - que ya tenía que hacer milagros con la pensión que recibía - verá ésta disminuida drásticamente, pero tendrá que seguir pagando los mismos gastos mensuales: luz, agua, calefacción y las malditas contribuciones.

No cree vecino, vecina, que ha llegado el momento de iniciar la lucha por la reivindicación del hombre y de la mujer que trabajaron toda una vida y que al enfrentar la vejez deben vivir casi en la miseria.

No cree que sería justo que las personas jubiladas que tienen una sola casa, en la cual viven y tienen una baja renta, queden liberados del pago de las contribuciones. Si ya pagaron toda una vida, por lo menos ahora que ya se encuentran jubilados liberémoslos de este pago y asegurémosles el derecho a vivir y morir con dignidad.

Basta de palabras, mentiras y promesas. Pongámonos de pie en defensa de nuestro legítimos derechos; iniciemos una gran campaña al respecto y cuando vengan los candidatos a pedirles su voto, pregúnteles qué han hecho a lo largo de su vida, en defensa de los intereses de los vecinos de Ñuñoa y qué hicieron o dónde estuvieron durante estos 4 años, que nunca los vio preocupados por lograr una mayor y real participación ciudadana, levantando su voz contra la edificación indiscriminada de los edificios de altura, la pésima movilización, por una mejor educación para nuestros niños o proponiendo nuevos programas de salud.

¡No! Ellos no estuvieron con Ud, no representaron sus derechos.

¡Si! Estuvieron usufructuando de las migajas del poder.

¡Con la fuerza y la claridad que nos dan los años, defendamos nuestros derechos!
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